LOS HUAICOS
¿Cuál es la relación entre los huaicos y el cambio climático?
Los recientes huaicos en lugares como Chosica, Santa Eulalia, Chaclacayo e Ica son fenómenos recurrentes en ciclos anuales. Cada año se repiten los huaycos y cada año, las autoridades ofrecen tomar medidas de prevención que nunca implementan. Año tras año, escuchamos de las terribles consecuencias del paso de huaicos e inundaciones, que parecen ser una enfermedad sin cura.
William Lau, investigador y director de la NASA, realizó un estudio en el 2015 donde afirmó que las lluvias torrenciales crecen en 7% por el aumento de cada grado Celsius a nivel global. La intensidad de las lluvias que ocasionan los huaicos e inundaciones, tienen una relación directa con el cambio climático.
En el caso del Perú, el representante y meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), Martín Bonshoms Calvelo, afirma que los gases del efecto invernadero, producidos por el cambio climático, influyen en la magnitud de las precipitaciones en Lima.
“La elevada temperatura del mar, sobre todo en el Océano Pacífico, eleva la temperatura del planeta, lo que hace que aumenten las precipitaciones en las zonas costeras. Un agente importante de este calentamiento se dio en el 2016 con el Fenómeno del Niño.”, menciona.
¿SE PUEDE PREVENIR ESTOS DESASTRES O ESTAMOS CONDENADOS CADA AÑO A SUFRIRLOS?
Para Bonshoms, en el caso de Chosica, una de las zonas más afectadas en Lima, no existe otra solución que la reubicación. “Si se quisiera plantar árboles para amortiguar la caída de piedras sería un gasto inútil, ya que la zona es muy rocosa”, comenta. Solo el 15 de enero se vivieron 15 huaicos en la zona, indica el meteorólogo.
Según el especialista, el número de afectados por huaicos e inundaciones se eleva debido a la falta de prevención e información. “Senamhi alerta con dos días de anticipación sobre las fuertes precipitaciones en cada zona del Perú, pero, lamentablemente, los medios no informan sobre ello hasta que ocurre el desastre”, afirma.
Otro de los factores de las terribles consecuencias que dejan los huaicos está ligado a la mala planificación urbanística. La falta de espacios para el drenaje, la ubicación de construcciones cerca de los ríos y el mal manejo de vías de escape rápido en todo el país son un problema cuando se intenta evitar que continúe aumentando el número de damnificados, explica.
Es importante mencionar que, hasta el momento, una de las zonas más afectadas por las intensas lluvias es Ica, con más de 200 familias afectadas en el distrito de Los Molinos, según informó el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci).
Fuente: Cambia.pe
TECNOLOGÍAS PARA LA SOLUCIÓN
Una de estas medidas sería, por ejemplo, utilizar la información del satélite submétrico peruano (Perú SAT-1) que opera desde setiembre del 2016. La información satelital con interpretación de imágenes sería acompañada por información de sensores locales e imágenes capturadas por drones equipados con GPS y cámaras fotogramétricas digitales.
Con la información del satélite sobre acumulación hídrica se pueden identificar los espacios geográficos en los que se podrían realizar obras para derivar las aguas de lluvia a las quebradas alejadas de las zonas habitadas. Hay correnteras de huaicos ya identificadas entre Santa Eulalia, Chosica y Chaclacayo que se deben considerar para el bloqueo y derivación de aguas de lluvia en las alturas, con diques y obras de ingeniería, evitando así desastres por el arrastre de lodo y rocas. Se debe dejar de construir viviendas en las correnteras y sancionar en forma efectiva el arrojo de desmonte en el cauce de los ríos.
Esta propuesta se complementa con un plan de reforestación agresivo en las laderas de los cerros. Si utilizamos especies de árboles que desarrollan entramados de raíces en la tierra que impiden la erosión de los suelos se evita la formación de lodo con las lluvias. Esto se haría en niveles de terrazas a modo de andenes modernos.
Este esquema de reforestación es repetible a nivel nacional con matices propios para cada región. En la costa y en la selva central, tan afectadas por inundaciones estacionales de ríos, la propuesta debería ser acompañada por la construcción de presas y reservorios que actúen como pulmones de acumulación de agua para evitar los desbordes y servir de reserva acuífera para las épocas de bajo caudal, con infraestructura de canalizaciones en puntos estratégicos.
Asimismo, se deben adoptar medidas de prevención usando software especializado que cuente con sistemas de modelamiento y simulación de cuencas para analizar y anticipar la ocurrencia de inundaciones. Con ello se puede determinar la ubicación óptima y la capacidad de los reservorios, canales y drenajes que se deban construir para almacenar el agua para los meses de escasez (y utilizarla en agricultura, generación hidroeléctrica, abastecimiento y la recarga del acuífero). También se deben identificar por procesos estocásticos áreas potencialmente inundables según información histórica de la intensidad de la precipitación pluvial, la topografía, la geomorfología, la permeabilidad y erosión pluvial de los suelos.
En sí, se deben ejecutar proyectos hídricos (muchas veces multisectoriales con la participación de ministerios, gobiernos regionales, universidades o el sector privado), que tengan en común la disponibilidad oportuna de agua a la población, la prevención de desastres naturales, así como la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático. De otro modo seguiremos leyendo las mismas noticias año tras año.
Fuente: El Comercio, por Manuel Luque.
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